Entrevista > Ramón López Cabrera / Concejal de Playas del Ayuntamiento de Orihuela
El desastre de la gota fría o DANA también ha provocado estragos en las playas de Orihuela. Todos los vecinos, e incluso por la televisión, han visto la bravura con la que el agua bajaba por la rambla de Campoamor.
AQUÍ en la Vega Baja ha hablado con el Concejal de Playas de Orihuela Ramón López. El edil apenas lleva tres meses en política, viene del mundo educativo y ha sido durante doce años el representante a nivel provincial de las Asociaciones de Padres de Alumnos (APAS) y presidente desde 2006 a 2013 de la Federación Gabriel Miró de Alicante. Ramón López nos cuenta cómo ha sido el paso de la tormenta por las playas y los planes de reconstrucción.
¿Cuáles han sido las playas más afectadas por la gota fría?
Sin duda alguna la playa de La Glea ha sido la más afectada con motivo de la rambla que se encuentra en su parte superior. Ésta canalizó toda el agua con muchísima fuerza.
Las otras playas de Orihuela han sufrido muchísimo menos, creemos que con la reposición de la arena, reconstrucción de los lavapiés y de las estructuras de madera conseguiremos dejarlas intactas.
Hemos podido ver un video impresionante sobre cómo corría el agua en la rambla. ¿Recuerdas alguna fecha en la que haya pasado algo similar?
Pues no, ni yo ni los viejos del lugar. Este episodio no tiene precedentes que se conozcan entre sus habitantes, ni en el pueblo, ni en la playa. Allí fue solamente la bajada de la lluvia y la fuerza de la rambla, no afectó para nada el desbordamiento del río. El agua bajaba por su cauce para ir directamente al mar y ha destrozado lo que había a su paso.
En la Vega ha habido un desastre mucho mayor, hay pedanías en las que aún estamos quitando barro.
«El mantenimiento de esa rambla depende también de la Confederación Hidrográfica del Segura»
¿De quién depende el mantenimiento y limpieza de esa rambla?
De la Confederación Hidrográfica del Segura, a los que tenemos que darle un no aprobado. Deberían haberse encargado de haber hecho alguna tarea preventiva y no ‘acordarse de Santa Bárbara cuando truena’; mantener el río y las ramblas lo más limpias posible para que el daño sea el menor.
«Pedimos comprensión y paciencia, tenemos que priorizar las ayudas y los recursos humanos»
¿Es seguro visitar las playas ahora mismo?
Sí, sin duda. Las playas han estado abiertas los días posteriores a la tormenta. Las brigadas municipales se pusieron en marcha inmediatamente para poder asegurar el paso a los ciudadanos.
Quedan cosas por hacer que se irán resolviendo poco a poco, como en Cala Capitán, que la playa tiene restos de cañas… pero se ha priorizado, en primer lugar las personas y en segundo lugar los lugares públicos, como también son los centros de salud y colegios, donde podemos agradecer que no ha habido ninguna incidencia por esta gota fría.
¿Lucharéis por mantener los distintivos alcanzados en las playas?
Tenemos once banderas y cinco ‘Q’ de calidad, es un trabajo que se ha ido haciendo año tras año y que no merece que la tormenta también lo destruya. Las playas e infraestructuras que han sufrido destrozos se irán arreglando poco a poco, para que lo más pronto posible estén a pleno rendimiento de nuevo.
«La rambla está ahí y va a seguir estando ahí, pero mejoraremos las infraestructuras para intentar frenar futuras lluvias»
¿Contempláis la opción de hacer algún tipo de obra para evitar que una situación así vuelva a suceder?
Contra la naturaleza uno no puede hacer mucho, la rambla está ahí y va a seguir estando ahí. Los señores del lugar dicen ‘el agua lleva sus escrituras bajo el sobaco’, evidentemente, el agua ha demostrado sus escrituras.
«La urbanización y el turismo siguen creciendo, pero las infraestructuras urbanísticas no se han ido desarrollando con la misma agilidad»
En la costa, la población pasa de 5.000 personas en invierno a 230.000 en verano. La urbanización y el turismo siguen creciendo, pero las infraestructuras urbanísticas no se han ido desarrollando con la misma agilidad, hay que reconocerlo.
Habrá que replantearse un plan integral de urbanismo para que, si esto vuelve a ocurrir, no cause tal desastre, y no sólo en la playa, también en las más de 60 urbanizaciones que tiene Orihuela Costa.
«Las arreglaremos para conseguir que el visitante, y sobretodo el nativo, se sienta orgulloso de sus playas»
Es una pena que se hayan dañado las infraestructuras recién estrenadas este verano en las playas: chiringuitos, casetas de salvamento, etc. ¿Cuáles han sido los daños en cuanto a estas instalaciones?
El mayor desastre se concentra en La Glea, donde también el agua se ha llevado el paseo. Es triste verlo así con lo bonito que había quedado con el proyecto de Luisa Boné, pero todo lo material tiene arreglo.
Nos hemos puesto el objetivo de que para la próxima temporada las infraestructuras, paseo y casetas de las playas queden arregladas. Además queremos alargar ese paseo que se inició hasta la playa de las Mil Palmeras. Todo se dispondrá para que el visitante, y sobretodo el nativo, se sienta orgulloso de sus playas.
¿Cuánto tiempo crees que tardareis en reconstruir las playas de nuevo?
El objetivo es que estén perfectas para la próxima temporada, cuanto antes. Esto ha sido un paro forzoso que nos ha dejado ver los problemas en infraestructuras que tiene La Glea y su bajada de agua, ahora tenemos que ver la mejor manera de arreglarlo.
Pedimos que se sepa entender la magnitud de la catástrofe que nos ha venido encima y los recursos humanos del Ayuntamiento. Es normal que se espere que los dirigentes del municipio sean lo más eficientes y eficaces posible, pero hay que entender que hay que priorizar y que hay muchos frentes abiertos.
Llevas poco tiempo en el cargo pero, lamentablemente, la Vega Baja ha vivido una catástrofe. ¿Cómo has hecho frente a esta situación?
He vivido en pocos días lo que se ha convertido en un auténtico máster, enfrentándome a una situación muy delicada. Soy Concejal de Seguridad Ciudadana, de Educación y de Playas, ya no sé si soy yo el gafe o no, pero igualmente dicen que en los momentos de crisis tenemos la oportunidad de aprender, y he encontrado un equipo humano fantástico tanto en playas, como en policía local, como en educación, que han hecho un trabajo inmenso desde el primer momento, siempre al servicio de la ciudadanía.
La parte positiva con que me quedo de todo esto es que he podido trabajar y conocer la parte más humana de las personas. Hemos trabajado todos a una por el bienestar y seguridad de los ciudadanos ante todo. Te encuentras ante situaciones que nadie quiere, claramente, pero que han conseguido que me sienta orgulloso de formar parte de este equipo.
¿Cómo afrontáis desde el Ayuntamiento esta cruda realidad que ha dejado la gota fría en Orihuela?
El día a día sigue, y ahora toca trabajar. Sabemos que tenemos mucho por hacer y se hará, pero todo a su tiempo. Seguimos en periodo de crisis porque aún está muy reciente y podemos ver que el desastre continúa en pedanías de la ciudad y algunos barrios. Hay familias que lo han perdido todo y necesitan nuestra ayuda inmediata; también esperamos que la administración regional y nacional sea lo suficientemente ágil para que las ayudas lleguen cuanto antes y que poco a poco podamos volver a la normalidad.
Tenemos que estar muy orgullosos de la Policía, del Ayuntamiento y de haber contado con la ayuda de profesionales, del Ejército y la Unidad Militar de Emergencias (UME). Ahora vendrán las críticas, y estamos en riesgo los que tenemos que tomar decisiones, esperamos críticas pero siempre constructivas por favor, y perdón por si en algún momento metemos la pata, somos humanos y todos podemos equivocarnos.
¿Quieres lanzar un mensaje a los oriolanos?
Primero expresar nuestra gratitud; somos personas duras y fuertes, y también, como decía nuestro ilustre poeta, ‘altos que miran a las palmeras’. Tenemos otra virtud que es la paciencia de los agricultores, que ha sido uno de los sectores más afectados. El pulmón de la vega es su huerta, y tenemos que aprender de ellos.
De esta crisis el oriolano va a salir fortalecido y con altas miras en el futuro cercano. Va a demostrar esa paciencia porque, irremediablemente para muchos, hay que volver a empezar.